Tercer Gobierno 1894-1895
Las elecciones de 1894, tachadas de ilegales por civilistas y demócratas, le llevaron nuevamente al poder, Cáceres enfrentó gran oposición, pues los civilistas no estaban dispuestos a aceptar más militares, especialmente a una figura tan desgastada como Cáceres. Su persistencia por el poder, la tiranía y una victoria aparentemente fraudulenta llevaron a la Guerra Civil de 1895, al interior del país se empiezan a formar tropas de guerrilleros que no aceptan la legitimidad del nuevo gobierno.
Nicolás de Piérola, que estaba exiliado en Chile, retorna al Perú y desembarca en Pisco, liderando una revolución que contó con el apoyo de los hermanos Seminario en el norte y de Augusto Durand en la sierra central. El 17 de marzo de 1895 Piérola y los revolucionarios entran a Lima y se enfrentan a las tropas de Cáceres. La lucha fue sangrienta en el asalto de Palacio de Gobierno, dejando cientos de cádaveres regados por las calles de Lima.
Cáceres no tuvo más remedio que renunciar, entregó el poder a una Junta de Gobierno presidida por Manuel Candamo, quien tuvo el encargo de convocar a elecciones limpias donde sería elegido Nicolás de Piérola.
Cáceres partió al exilio y se le destinó a Europa como diplomático, de donde sólo regresó en 1919.
Las elecciones de 1894, tachadas de ilegales por civilistas y demócratas, le llevaron nuevamente al poder, Cáceres enfrentó gran oposición, pues los civilistas no estaban dispuestos a aceptar más militares, especialmente a una figura tan desgastada como Cáceres. Su persistencia por el poder, la tiranía y una victoria aparentemente fraudulenta llevaron a la Guerra Civil de 1895, al interior del país se empiezan a formar tropas de guerrilleros que no aceptan la legitimidad del nuevo gobierno.
Nicolás de Piérola, que estaba exiliado en Chile, retorna al Perú y desembarca en Pisco, liderando una revolución que contó con el apoyo de los hermanos Seminario en el norte y de Augusto Durand en la sierra central. El 17 de marzo de 1895 Piérola y los revolucionarios entran a Lima y se enfrentan a las tropas de Cáceres. La lucha fue sangrienta en el asalto de Palacio de Gobierno, dejando cientos de cádaveres regados por las calles de Lima.
Cáceres no tuvo más remedio que renunciar, entregó el poder a una Junta de Gobierno presidida por Manuel Candamo, quien tuvo el encargo de convocar a elecciones limpias donde sería elegido Nicolás de Piérola.
Cáceres partió al exilio y se le destinó a Europa como diplomático, de donde sólo regresó en 1919.